Hoy vivimos en una época en que los grandes relatos que antes animaban el mundo han muerto, o están bastante disminuidos como para animar la totalidad de la vida social. Pasaron las ideologías, y las religiones, si bien siguen vivas – entre ellas el cristianismo – ya no son aglutinantes de la totalidad de la población.
¿Cómo vivir juntos? En el post pasado hablábamos de la propuesta de San Alberto, “El sentido social”, que nace para él de la convicción de que Cristo está en el prójimo, pero sus implicancias morales pueden ser compartidas por cualquier persona desde su razón natural. Hoy les queremos compartir unos extractos del estudio exploratorio de Hurtado Ciudadano, programa que propone la formación en el sentido social como competencia escolar, para formar a nuestros niños y jóvenes en educación ciudadana.
“[Podemos identificar] cuatro características esenciales del ‘sentido social’. En primer lugar, aunque suene redundante, se enfatiza que se trata de un ‘sentido’. Por ende, se trata de algo más próximo a una habilidad que a un contenido específico. Metafóricamente, no es lo que se ve o lo que se olfatea, sino la capacidad de ver y olfatear. De esta manera, el ‘sentido social’ no está determinado por un cierto conjunto específicos de ‘realidades sociales’: designa más bien la capacidad de percibir las diversas realidades sociales y de relacionarse con ellas.
En segundo lugar, el ‘sentido social’ no se entiende como mandato externo que se impone al sujeto, como un deber ser. En cambio, constituye una disposición interna. Dicha ‘espontaneidad’ del ‘sentido social’, sin embargo, no siempre asegura que éste se manifieste. Como cualquier otro sentido, se concibe como algo que se posee naturalmente, pero que al mismo tiempo puede estar adormecido o insensibilizado. Entonces cobra significado la expresión ‘despertar el sentido social’.
Aquí el tercer punto: el ‘sentido social’ se cultiva. Es una capacidad potencial que debe ser puesta en acto. La educación jugaría en ello un papel fundamental: se trata de una habilidad o aptitud que requiere el desarrollo de aprendizajes.
En cuarto lugar, destaca el horizonte práctico que conlleva el ‘sentido social’: se trata de una capacidad de percepción de la realidad social que comporta un impulso a la acción, acción que se orienta al bien común, materializa en un otro con respecto al cual el sujeto con ‘sentido social’ se siente implicado.”
¿Qué piensas? ¿Crees que la propuesta de Alberto puede ayudar a formar un sentido de ciudadanía, que nos una como comunidad? ¿Cómo podemos formar a nuestros jóvenes en el sentido social? ¿Jóvenes, creen que puede ser algo importante? ¡Los leemos!
Estos párrafos son parte de un programa de formación ciudadana para estudiantes de 2° a 4° medio, generado por la Fundación Padre Hurtado, y que se ofrece a los colegios que deseen adquirirlo. Si tú o tu establecimiento están interesados, escribe a nuestra Directora Ejecutiva, María Paz Vega, a mariapaz.vega@padrealbertohurtado.cl
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