Al Papa Francisco le tocó vivir en Chile el megaterremoto de 1960. Entonces vivía en la Casa de Ejercicios de los jesuitas en la comuna de Padre Hurtado, donde completaba sus estudios para transformarse en sacerdote. En un reciente mail, dedica especiales recuerdos de esos años al José Donoso SJ, su maestro, quien murió el año 2015.
En un mail fechado en octubre del 2017, el Papa Francisco responde al periodista argentino Javier Cámara sobre su estadía en Chile, específicamente en la Casa Loyola en la comuna de Padre Hurtado, durante su formación como jesuita. El mail fue escrito personalmente por él, en un computador con teclado europeo y por eso no se marcan las letras “ñ” y los tildes van a la izquierda.
El texto dice así:
“Sr. Javier Cámara
Querido hermano:
Gracias por su correo. Respecto a lo que Usted me pregunta señalaría los siguientes aspectos:
- Quizá lo que más me dio el año de juniorado fue una marcada apertura al humanismo. Y esto no solo por los estudios clásicos que hice sino por el modo como estaba encarada la formación. El equipo de formadores ayudaba a crecer en el conocimiento (intelectual, afectivo y de belleza) de la realidad. El Horizonte se ampliaba y la espiritualidad ignaciana era vivida con una gran riqueza humana y espiritual. La dirección espiritual era muy bien cuidada y armonizaba el conjunto.
- Los cursos de historia de la cultura, historia del arte, que dictaba el P. José Donoso eran de mucha categoría. Esto me marcó notablemente.
- Y todo esto llevaba a una maduración en el ejercicio de la libertad.
- Ese año, en 1960, también viví de modo muy cercano la tragedia del terremoto. Buena parte de mis compañeros se desplazaron al Sur para ayudar. Esto indica la capacidad que tenía la formación que se nos daba para asumir los hechos de la vida e integrarlos en nuestra vida apostólica y religiosa. Los Superiores sabían armonizar todos los aspectos.
- Respecto al n.2, añado que todavía conservo los apuntes de clase del P. José Donoso.
Esto sería lo más significativo.
Quedo a su disposición. Por favor, no se olvide de rezar por mi. Saludos a su familia.
Que Jesús lo bendiga y la Virgen Santa lo cuide. Fraternalmente…”
Francisco