1. Llama Cristo a los Estados y la mayor parte han renegado públicamente de Él… Los más sanos lo toleran, pero no tiene lugar Cristo en legislación, en la enseñanza. Su nombre no se pronuncia públicamente, ni recibe la adoración de los países.
2. Cristo llama a las puertas de las casas: tampoco encuentra lugar. Todas sus habitaciones están ocupadas con seres que no pueden vivir con Él. Si llama a las redacciones de los diarios, en los más se avergüenzan de Él. En los teatros casi no se atreve a llamar porque son tales las inmundicias… En las puertas de las fábricas, las instituciones organizadas han prescindido de Él. Y en muchas se le echa fuera como si fuese el enemigo pobre, a Él que nació pobre, honró la pobreza, exaltó la pobreza…
3. Nuestros contemporáneos dan la triste impresión de peregrinos que cruzan un desierto muriendo de sed, y sin saberlo están pasando por sobre ríos subterráneos. Con sólo cavar un poco, tendrán fuentes de agua vivas que saltan hasta la vida eterna.
4. El católico es social… porque es católico.
5. Los malos cristianos son los más violentos agitadores sociales.
6. ¿Cuántos son los que se dan tiempo para estudiar la trama compleja de nuestra vida social, de sus corrientes intelectuales, de sus engranajes económicos, de sus imperios legales, de sus tendencias políticas?
7. El enfoque liberal de la economía ha resultado desastroso en la vida real. Consistió en subordinar al hombre a la riqueza, y el consumo a la producción.
8. La filosofía cristiana en cambio, insiste en que toda producción y ganancia, que no conduzca al bien del hombre, no sólo es un desperdicio, sino que positivamente es un mal.
9. El hombre es infinitamente más precioso que la riqueza.
10. Una sociedad que no respeta al débil contra el fuerte; al trabajador contra el especulador; que no puede reajustarse constantemente para repartir las utilidades y el trabajo entre todos, que no permite al hombre corriente una vida moral, tal sociedad está en pecado mortal.
11. Tanta materia ahoga al espíritu. Tanta diversión acaba con la seriedad necesaria en la vida para los grandes trabajos. Tanta sensualidad acaba con la sobriedad de costumbres. Tanto paganismo termina por matar la fe cristiana de los espíritus.
12. Lo sobrenatural ha llegado a serle incomprensible. Sólo cree en el poder, en la fuerza, en el dinero, en el confort, en el placer… Pero el poder se derrumba en el momento menos pensado, como lo hemos visto en años hasta el cansancio. La fuerza es más empleada para matar que para proteger. El dinero y el confort son pocos y no llenan el inmenso vacío del alma.
13. En otros términos: obrar como obraría Cristo si estuviera en mi lugar. ¿Qué sería el mundo si cada uno procurara obrar como obraría Cristo si estuviese en su lugar…? Dejémonos llevar por el sueño de semejante.