Con una emotiva Misa en la que estuvieron presentes las dos ramas de nuestro voluntariado: de apoyo espiritual y de acogida a los peregrinos, junto al equipo del Santuario, celebramos los 23 años de este lugar donde está la Tumba del Padre Hurtado. Después se reconocieron a los voluntarios que cumplieron 5, 10, 15 y 20 años de servicio.
El Santuario del Padre Hurtado no sería lo mismo sin sus voluntarios. Con sus pecheras rosadas, los “servidores y servidoras” acogen y responden las consultas de peregrinos y visitantes. Organizados en comunidades a cargo de cada día de la semana, estos “servidores y servidoras” se caracterizan por su gran devoción a san Alberto y sus ganas de transmitir el legado de fe y caridad a quienes llegan a este lugar de encuentro y oración. Los voluntarios de apoyo espiritual, por su parte, usan una pechera blanca y cumplen turnos dentro del Santuario para escuchar y aconsejar a quienes llegan solicitando consuelo y consejo. Todos ellos tienen formación pastoral y se han formado en el Centro de Espiritualidad Ignaciana (CEI). Recientemente además, como Santuario en salida, acuden a otros lugares a llevar su consejo.
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NUESTRO TRABAJO COMO OFRENDA
El Santuario del Padre Hurtado, tal como se conoce hoy, comenzó a ser construido a medida que avanzaba el proceso de beatificado del Padre Hurtado, para permitir un acceso más cómodo a los miles de peregrinos que visitaban este lugar. El Santuario del Padre Hurtado abrió sus puertas el 19 de noviembre de 1995. Al momento de su inauguración el Cardenal Carlos Oviedo Cavada expresó:
“Rodeado por el respeto y afecto de su pueblo, cubierto por la tierra traída de todos los confines de Chile, los restos mortales de este sacerdote, hijo preclaro de la Iglesia, esperan aquí su resurrección. En este lugar sigue resonando con fuerza su mensaje.
Quienes visiten este sitio experimentarán ellos mismo “la visita de Dios”. Porque el verdadero dueño de casa es el Señor; el Padre Hurtado es un elegido de Dios, un fruto de la obra de su gracia”.
Este año, al cumplirse 23 años desde esa fecha, en una emotiva misa celebrada por nuestro rector, Jorge Muñoz SJ, los distintos trabajadores del Santuario y los voluntarios acudieron al altar a dejar sus herramientas de trabajo como ofrenda: desde aquellas que se utilizan a diario para mantención de los jardines, libros de contabilidades y las mismas manos de quienes están a cargo de la cafetería.
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RECONOCIMIENTO A LOS VOLUNTARIOS
Luego de la Misa, en una celebración muy familiar, se les entregó un reconocimiento a los voluntarios que cumplieron 5, 10 y 20 años de servicio.
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5 AÑOS:
Silvia Vázquez
Sylvia Vásquez
César Espinoza V.
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10 AÑOS:
Marco Ponce
Rosita Retamales
Rosita Cerpa
Rosita Cheuquepán
Marco Ponce A.
Gloria Álamos L.
Francisco Edwards B.
Marta Precht B.
Solange Vernon D.
Ronald Romero
Ruth Pérez
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15 AÑOS
Ruth Pérez y Angelina Santander
Angelina Santander
Hna. Bernardita Délano
Bernardita Cantarutti
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20 AÑOS
Bernardita Lecannelier
Rosita Adasme
Inés Arancibia
Bernardita Lecannelier
María Teresa Kaulen
Viviana González
Inés Castro
